En la lírica culta siguen tratándose los grandes temas renacentistas -amorosos, mitológicos, etc-, con las naturales diferencias de enfoque y tratamiento (complicación, exageración...). Abundan también los temas morales y de carácter filosófico: fugacidad de la vida y de las cosas, la muerte, etc.
Luis de Góngora (1561-1627)
Su poesía es sinónimo de poesía pura, basada en las cualidades formales y apartada de los sentimientos personales del autor; se evita la realidad, la búsqueda de la belleza es el principio absoluto.
La poesía de Góngora olvidada y menospreciada durante los siglos XVIII y XIX debido a su dificultad, fue reivindicada y valorada de nuevo a partir del siglo XX gracias a los poetas de la Generación del 27, que le reconocieron el mérito de haber creado un lenguaje especificamente poético, difícil pero muy bello.
Francisco de Quevedo (1580-1645)
Sus poesías, que aparecieron póstumas en el Parnaso español (1648) y Las tres últimas musas (1670) son, en gran parte, de orientación conceptista: ingenio expresivo, condensación del pensamiento, juego de ideas o conceptos, equívocos, antítesis, paradojas, neologismos, etc.
Podemos clasificar su obra en tres grandes grupos:
- filosófico-morales expresan el pesimismo del autor y de la época, así como su visión desengañada del mundo y de la vida: el paso del tiempo, la fugacidad y el escaso valor de las cosas terrenales, la inevitable llegada de la muerte, la brevedad de la vida. Son muy conocidos algunos sonetos: "Fue sueño ayer, mañana será tierra", "Miré los muros de la patria mía", "Vivir es caminar breve jornada".
- amorosos Escribió muchos y muy bellos poemas de amor, gran parte de ellos siguiendo la tradición petrarquista. Destacan los sonetos "Cerrar podrá mis ojos la postrera...", "Es hielo abrasador, es fuego helado".
- satírico-burlescos Es la faceta más conocida de Quevedo, hacia la que se sentía predispuesto por su carácter y su capacidad para jugar con las palabras y las ideas. Son características de estos poemas la deformación y caricatura, la ironía, la hipérbole, el contraste y la comicidad.
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